Este pasado sábado 6 de agosto si pudimos celebrar la noche toledana que tuvimos que suspender en julio por el mal tiempo. El lugar elegido fue Mecerreyes, junto a su ermita que está situada a un par de kilómetros del pueblo. El entorno es extraordinario, rodeados de hermosas encinas algunas centenarias, aunque alguna de ellas nos tapaba el cielo algo más de lo necesario. Desde allí el cielo es excelente a pesar de no estar demasiado lejos de Burgos.
Acostumbrados como estamos a padecer nuestros cielos contaminados lumínicamente incluso desde el emplazamiento de nuestros observatorios, es maravilloso alejarse de la ciudad y disfrutar de unos cielos realmente oscuros, aunque tan solo sea de vez en cuando. Desde la zona de Mecerreyes a pesar de estar tan solo a menos de 40 km de Burgos, ya se puede disfrutar de unos cielos que te sobrecogen y te llevan a un lugar pasado en el tiempo, donde era normal ver un cielo abigarrado de estrellas y con escasa contaminación lumínica. En la imagen podemos ver la zona de Sagitario y Escorpio, La vía láctea luce con todo su fulgor y el horizonte plano hacia el suroeste, nos revela la contaminación lumínica de Madrid y de Aranda de Duero bajo las estrellas de Escorpio y Sagitario. Al noroeste sobre la ermita, la luz contaminante de Burgos se hace mucho más evidente justo debajo de la Osa Mayor.