Una vez más cumpliendo la tradición de la asociación, un pequeño grupo de socios de la AAB nos alejamos de la comodidad de los observatorios,  para pasar una noche bajo las estrellas en un entorno rural y así poder disfrutar de unos cielos realmente oscuros, esos que hace unas décadas podíamos disfrutar no lejos de la ciudad. En esta ocasión nos decidimos por movernos  hasta la ermita de San Olav a las afueras del pueblo de Covarrubias. Tras llegar con tiempo para montar los equipos antes de que anocheciera, pudimos comprobar que el emplazamiento elegido era mas que idóneo y que nos iba a permitir una estupenda noche de observación. Los aullidos de un zorro con la llegada de la oscuridad, pusieron ese toque mágico que hace que de verdad te sientas en plena naturaleza, tan reconfortado y tan solo iluminado por las estrellas. La noche transcurrió sin sobresaltos mas allá de algún equipo que se resiste a funcionar y el cielo a pesar de estar tan solo a 40 minutos de Burgos,  es de primera categoría. Júpiter y Saturno mostraban su extraordinario brillo asomándose en el horizonte justo por encima del bosque de encinas.  Con la cercanía del máximo de las Perseidas,  pudimos observar una buena actividad meteórica y con el extraordinario brillo de la vía láctea partiendo justo en dos el cielo, pudimos observar numerosos objetos de cielo profundo con una nitidez impresionante. Esa es la filosofía de la noche toledana,  un hermoso cielo estrellado,  naturaleza y tú mismo, no hay mejores ingredientes. Repetiremos el año próximo!.

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