Uno de los principales (y muchas veces olvidados) instrumentos para la observación del cielo nocturno, son los prismáticos o binoculares. Estos instrumentos, transportables y económicos, son capaces de mostrarnos una cantidad ingente de estrellas y objetos astronómicos, que muchas veces sorprende incluso al propio observador.
La característica principal que define a los prismáticos, es el extenso campo que ofrece, permitiendo disfrutar de enormes extensiones del cielo nocturno y, por lo tanto, hacer casi un barrido completo del cielo en una noche de observación.
Hace algún tiempo, comenzaron a comercializarse un tipo de prismático un poco atípico: se trataba de un prismático muy parecido a los gemelos de teatro, que ofrecían un amplio campo (entre 25-28º). Comenzaron en Rusia y se extendió su fabricación posteriormente (con versiones mejoradas) a EEUU y Japón.